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El pasado 24 de febrero, como viene siendo costumbre, nuestro colegio CEIP Clara Campoamor celebró la conmemoración de la Autonomía de la Comunidad de Andalucía, que el próximo día 28 celebrará su cuarenta y dos-avo aniversario.
La historia de la Autonomía Andaluza tiene un largo recorrido. El 28 de febrero de 1980 se lleva a cabo la votación del referéndum en el que se decidiría si Andalucía continuaría pendiendo del Estado Central Español, como lo hacía hasta entonces o por el contrarío pasaría a ser una Comunidad Autónoma. Siete de las ocho provincias dieron su aprobación a la autonomía, pero hubo una en que el resultado del referéndum resulto negativo. Este hecho provocó grandes debates, ya que, según estaba redactada la Ley que regulaba los referéndums, para que la proclamación autonómica pudiese ser efectiva debía haber un total consenso entre las provincias que forman el territorio en que se referenda.
Fue más de un año después, tras la modificación de la Ley orgánica de Referéndum, cuando el 20 de octubre de 1981 se constituye el primer Estatuto de Autonomía Andaluz. Junto con él, Andalucía pasó a tener una bandera, escudo e himno propios, todos ellos diseñados y escritos por el nombrado Padre de la Patria Blas Infante.
En el momento de la proclamación del nombrado Estatuto de Autonomía, contaban más de cuarenta y cinco años de la muerte de Blas Infante, que fue fusilado por el ejército sublevado en los primeros compases de la contienda civil que azotó España desde el verano de 1936. ¿Cómo llegó entonces a ser nombrado Padre de la Patria y fue tenido en cuenta en actos tan importantes como el nacimiento de una autonomía engendrada varias décadas después de su fallecimiento? Te contamos el por qué:
Blas Infante nació en Casares el 5 de julio de 1885, durante toda su vida mantuvo un fuerte compromiso en combatir las desigualdades del pueblo andaluz, azotado durante gran parte del siglo XX por un fuerte caciquismo que oprimía a las clases obreras. Impulsó y defendió la autonomía política con un discurso regeneracionista, integrador y solidario con el resto de los pueblos de España.
En 1918 se celebró la Asamblea de Ronda que, estableció las bases a seguir por el andalucismo para obtener la autonomía política de Andalucía. En él se aprobó la propuesta de Blas Infante de adoptar como "insignias de Andalucía", una bandera verdiblanca y un escudo de Hércules.
En 1933 propuso que la melodía del canto religioso Santo Dios, (un himno que cantaban segadores de algunos pueblos andaluces a la salida o la puesta del sol), para que fuera el himno de Andalucía, cambiándole la letra por un texto suyo.
Tras las elecciones de febrero de 1936, donde se proclamó el triunfo del Frente Popular, el movimiento andalucista recobra toda su fuerza y en la Asamblea de Sevilla celebrada el 5 de julio de 1936 se aclamó a Blas Infante como presidente de honor de la futura Junta Regional de Andalucía. Pero el 18 de julio del mismo año se produjo el golpe militar que desembocó en la Guerra Civil Española y su posterior régimen dictatorial, durante el cual se paralizaron forzosamente cualquier intento de avance autonómico.
El movimiento autonómico se vuelve a popularizar con la llegada de la democracia, siendo el punto de inflexión más significativo, el 4 de diciembre de 1977, cuando alrededor de un millón de andaluces se manifestaron en las principales capitales de provincia. La consecuencia más inmediata es la concesión de una preautonomía que desembocará en la celebración del referéndum de octubre de 1981, que nos dejó una Andalucía libre y más justa.
“Yo quiero responder con pensamientos buenos a tanta violencia y llevar un recuerdo de paz y de no violencia a todos los hombres sin distinción”
Blas Infante
Tal y como os advertimos en el título de este nuevo post, a nuestros pequeñ@s no les gustaron los bocadillos de pan, aceite y jamón que el Colegio, en colaboración con el Ayuntamiento de Atarfe y nuestra Asociación AMPA La Ermita, repartieron durante la pasada jornada escolar del día 24 de febrero. Y es que verdaderamente no se puede decir que les gustaran porque tal fue su éxito que nos parece más propio decir que les encantaron.
La jornada se inició con la llegada al Colegio de cuatro mamás, (Lourdes, Inma, Bea y Tamara), compañeras de nuestra asociación, que con la ayuda de nuestra conserje Mari y Olaya, (trabajadora eventual del Ayuntamiento de Atarfe), organizadas por el equipo docente, elaboraron los bocadillos, con los que posteriormente se deleitaron nuestros pequeñ@s.
Mientras se empezaban a organizar los alimentos, Paqui (nuestra directora del centro) y la Seño Olga pasaron por las diferentes clases haciendo un pequeño sondeo de las diferentes modalidades de bocata posibles, algunos de ellos de una naturaleza inédita. Entre los más aclamados, estuvieron presentes las variedades: pan, aceite, tomate y jamón; pan aceite y jamón o el clásico pan, aceite y azúcar. En el extremo opuesto, llegaron en la comanda algún caso de: pan seco o pan y tomate.
Se elaboraron doscientos bocadillos grandes, cien pequeños y dos de pan especial para nuestras pequeñas alumnas celiacas. Tras la elaboración, sobre las once horas, se inició la distribución de bocadillos, acompañados de batidos en formato unipersonales de Puleva. Se comenzó en el interior de las aulas de infantil, donde nuestras compañeras fueron recibidas con gran entusiasmo entre los más pequeñ@s, incluso alguno de ellos celebró con gran exaltación su turno para recoger su desayuno.
A continuación, se prosiguió a la repartición de los bocatas a los alumnos de mayor edad, a los que se atendió en el patio del colegio, donde nuestras compañeras se organizaron alrededor de unas mesas que previamente habían sido instaladas por el equipo docente.
Con gran organización, comenzaron a llegar los primeros alumnos en orden riguroso marcado por nivel académico ascendente, los pequeños llegaban a recoger su desayuno y en pocos segundos se retiraban jubilosos con claras intenciones de devorarlo.
Fueron escasos minutos los que habían pasado desde la entrega del desayuno al último alumno, cuando ahora ya, no se puede decir que de una forma organizada, comenzaron a llegar los primeros pequeños con gran ansia por repetir y acabar con avidez con los bocatas que habían sobrado de la primera ronda.
La zozobra se contagió pronto por todos los rincones y los pequeños de infantil comenzaron a reclamar su parte. Voz en cuello, desde el encierro de sus pequeños patios, llamaban la atención hasta que fueron escuchados.
Por todos es conocida la sensibilidad emocional, que caracteriza a nuestra directora Paqui, que al escuchar las reclamaciones de sus peque@s de infantil, se apresuró a encomendar a nuestras compañeras que le fueran partiendo por la mitad algunos bocatas, (la demanda comenzaba a ser inversamente proporcional a la suma de avíos, sumado a que los bocatas pequeños hacía rato que se habían extinguido), entre tanto ella, sacaba y cargaba con los pequeños de manera individual, trasportándolos en brazos del patio de su aula, hasta la mesa de avituallamiento, recogida su segunda ración lo devolvía a su origen y regresaba con otro en pocos segundos.
Tal fue el apremio de nuestras compañeras en dividir bocadillos en dos mitades, que pronto excedieron a la demanda de los pequeñ@s de infantil, lo cual, les llevo a ofrecer estas mitades a los alumnos más mayores que no dejaban de aparecer pidiendo su segunda ración, a lo que la mayoría, sin perder la educación, declinaban el ofrecimiento e instaban a que se les proporcionara uno de los que según su propio criterio, "estaban sin morder" o "estaban sin empezar".
Estas mitades quedaron por momentos relegadas a un segundo plano, hasta que se agotaron los bocatas completos.... En ese momento pasaron a tomar todo el protagonismo y ya no había impedimento de nadie para adquirirlos. Calculamos que fue sobre las doce del medio día cuando se entregó hasta el último desayuno preparado.
Coincidiendo con este momento y hora, nuestras compañeras, sintiéndose agraciadas por los alumnos y equipo docente, procedieron a abandonar las instalaciones escolares, despidiéndose de esta actividad tan gratificante y desando que sean muchos años más los que se pueda celebrar.
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