Miércoles seis del mes de diciembre de 1978 y los españoles habían sido llamados a los colegios electorales para responder una pregunta muy simple ¿APRUEBA EL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN?
El 91.81% de los 17 millones de españoles que acudieron a las urnas respondieron positivamente; dándose inicio a esta aventura democrática que seguimos viviendo 44 años después...
Desde el seis de diciembre de aquel año, España está regida por una monarquía de carácter parlamentario, con un rey como figura simbólica y un Gobierno que se elige de forma democrática mediante unas elecciones celebradas cada cuatro años.
Pero no fue nada fácil llegar a este día, detrás quedaba más de un año de negociaciones llevadas a cabo por siete hombres de diferentes ideologías los cuales tenían el encargo de redactar el anteproyecto de Constitución. Desde entonces fueron conocidos como los «Padres de la Constitución». Habían sido elegidos por el Congreso resultante de las elecciones celebradas en junio de 1977, donde resultó ganador el partido Unión de Centro Democrático (UCD), presidido por Adolfo Suárez.
Dicho anteproyecto hubo de pasar por diferentes pasos para su aprobación: Votación en el Congreso, Referéndum de toda la ciudadanía y ya solo quedaba la aprobación por parte del rey, la cual llega el 27 de diciembre. Lo normal hubiese sido que la Constitución entrase en vigor al día siguiente, pero quiso evitarse el día de los Santos Inocentes, por lo que termino estableciéndose su funcionamiento a partir del día 29 en adelante, hasta nuestros días.
En el año 1983 a través del Real Decreto 2964/1983 se marca la fecha del 6 de diciembre en el calendario festivo nacional. Una efeméride la que hoy nos ocupa para la reflexión de la importancia histórica de aquella jornada de diciembre de 1978.
Es importante recordar, que la redacción de esta Carta Magna y su posterior aprobación, supuso un punto de inflexión entre dos Españas divididas por una Guerra Civil y cuarenta años de dictadura. Todo presente está construido con hechos del pasado. Conocer y entender estos hechos son la garantía de un futuro próspero, colmado de paz y libertad.
Terminamos con una reflexión de John Berger (Poeta, crítico de arte y novelista):
«Cancelar la relación con el pasado, significa cancelar nuestro compromiso con el futuro.»
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